Abderrafie Ettalydy
Doctor en educación, sociedad y cualidad de vida. Universidad de Lleida.
En la actualidad cuando se trata de Marruecos todo vale para algunos periodistas que llevan la misantropía, la desconfianza, el desprecio o incluso el odio hacia este país vecino a todos los niveles. Marruecos se considera como un socio estratégico de primer nivel para España y la cooperación que existe entre ambos países es ejemplar en todos los ámbitos. A parte de esto, Marruecos es un gran vecino y una puerta de entrada al continente africano para España, ya que su situación geográfica, entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, hace del Reino de Marruecos un país de gran importancia, ya sea por su proximidad a Europa o por su ubicación en la región del Magreb. Por su parte, España se considera el primer socio económico de Reino de Marruecos en el continente europeo, y al mismo tiempo sigue siendo el primer socio comercial de Marruecos en África. Eso ocurre a base de la situación estratégica y la estabilidad social, política y económica de Marruecos. En este caso, está claro que las relaciones entre ambos países se encuentran en sus mejores momentos, ya sea a nivel político, económico y de seguridad, lo que indica que dichas relaciones se construyen sobre la confianza y el compromiso con lo acordado en un marco de respeto y diálogo permanente por el bien de ambos países y ambos pueblos que tienen una historia comuna y una civilización similar.
A pesar de todo esto, lo más curioso es la persistencia de algunos misántropos periodistas de tener opiniones y sentimientos en contra del sistema político, social y cultural de Marruecos y intentan fomentar un discurso lleno de falsedades y mentiras que no tienen fundamento en la realidad contra su sistema político. Así, su única preocupación es atacar a todos sus instituciones y símbolos y intentar dar una mala imagen en relación a la situación del país como si no hubiera nada positivo y correcto. Seguramente, que este tipo de comportamiento y de sensación que llevan por dentro contra Marruecos tiene su explicación. Siempre intentan aprofitar la mínima de las oportunidades delante de cualquier ocurrencia o de cualquier tipo de hechos o eventos para sacar sus armas y empezar a atacar a este país vecino y amigo de España. En este sentido, las ofensivas declaraciones escritas por el periodista Francisco Carrión; conocido por su hostilidad hacia Marruecos y empleado suposadamente del servicio de inteligencia de un país muy conocido por financiar a periodistas de este tipo con la intención de atacar a Marruecos, en la entrevista que había concedido recientemente a uno de los periodistas marroquíes que han sido indultados por el Rey últimamente llamado: Suleiman Raissouni, en su sitio web el independiente, en la que insultaba a Su Majestad el Rey y a la autoridad marroquí, a la que calificaba de corrupta y criminal. Está claro que delante de tal expresiones y insultos vale la pena condenar enérgicamente todo lo dicho y escrito por este periodista. Lógicamente, hace falta reconocer que Marruecos no es el mejor país del mundo, y por supuesto hay algunos defectos y desventajas que hay que mejorar, tal como pasa en muchos países del mundo, pero vale la pena reconocer, también, que Marruecos es líder en muchos sectores a nivel del continente Africano, sobretodo, en la Indústria d’automoció i aeronàutica y está atrayendo cada vez más inversiones extranjeras de todos los continentes. Así, hay mucho cambio y desarrollo en varias áreas i ámbitos tanto a nivel de derechos humanos como a nivel económico y social y, sobretodo, a nivel de las infraestructuras. Lo bonito es que se está atrayendo cada año a más turistas de diferentes países y nacionalidades de todo el mundo. También, es necesario saber que Marruecos de hoy no es Marruecos de ayer. Por lo tanto, es normal que atraiga la atención de aquellos que lo envidian, lo odian y no quieren que le vaya bien todo.
Finalmente, está claro que se puede acceptar cualquier crítica constructiva, pero de ninguna manera acceptar alguna destructiva que intenta dar una mala imagen sobre este país y, por lo tanto, desestabilizarlo. Siempre, cuando se trata de Marruecos, aquellas personas no les importa decir lo que les da la gana sin ninguna objetividad, franqueza, respeto, realismo, claridad o, incluso, llegando a pisotear las leyes, normas y instituciones del pais. Marruecos les quedará siempre como una espina clavada en la garganta y que les va a doler cada vez que mueven la lengua para recordarles que no todo vale cuando se trata de este maravilloso país llamado Marruecos.