Abderrafie Ettalydy
Doctor en educación, sociedad y cualidad de vida. Universidad de Lleida.
El 25 de noviembre de cada año se celebra el día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres (DIEVCM), aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 54/134 el 17 de diciembre de 1999. Esta celebración se conmemora para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres y reclamar más políticas efectivas a todos los gobiernos del mundo para erradicar esta violencia. En este sentido, se intenta erradicar todas las formas de violencia machista y las violencias sexuales que son las más prevalentes, las más invisibilizadas y las más naturalizadas. Las mujeres pueden experimentar distintos tipos de violencia que pueden ser físicas, psicológicas, sexuales, económicas y sociales. Estas formas de violencia pueden tener graves consecuencias para la salud física y mental de las mujeres, siendo importante reconocerlas y buscar ayuda si es necesario. Por eso, es necesario realizar más campañas pedagógicas para construir un nuevo sentido común y una nueva cultura del consentimiento.
Normalmente, las actividades y eventos que se organizan para la concienciación y la eliminación de la violencia de género no sólo proporcionan apoyo a las víctimas, sino que también tienen como objetivo educar a la sociedad sobre la importancia de erradicarla. Algunas de estas formas comunes de celebración incluyen manifestaciones y marchas, conferencias y talleres, campañas de sensibilización, iluminación de edificios, concentraciones y minutos de silencio y programas especiales en distintos medios de comunicación. Está claro que estas iniciativas y actividades ayudan a promover la conciencia social y a apoyar las políticas y acciones que pueden ayudar a eliminar todo tipo de violencia contra las mujeres.
Evidentemente, esta celebración es un recordatorio de la necesidad de trabajar juntos y reflexionar sobre la importancia de erradicar la violencia de género y apoyar a las víctimas. Así, las iniciativas para la concienciación y eliminación de la violencia de género no sólo proporcionan apoyo a las víctimas, sino que también fomentan una sociedad más unida y solidaria. También, cuando las personas trabajan juntas por una causa común, se crea un ambiente de comprensión y respeto que beneficia a todos y se crea una sociedad más justa y más segura para todas y todos.
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